Enfermedad de las encías

La enfermedad de las encías es una inflamación de las mismas que puede avanzar hasta afectar el hueso que rodea y sostiene los dientes. Es causada por bacterias al formarse constantemente sobre los dientes una película transparente y pegajosa. Si no se elimina diariamente con el cepillado y el uso del hilo dental, la placa se acumula y las bacterias pueden dañar no sólo la encía superficial y los dientes, sino también el tejido gingival y el hueso que sostiene los dientes. Este padecimiento puede ser una causa para que los dientes tengan movilidad, se desplacen de su lugar y/o que finalmente el dentista los tenga que extraer.

Hay tres etapas de la enfermedad de las encías:

Gingivitis: Esta primera etapa de la enfermedad se manifiesta con una inflamación de las encías provocada por la acumulación de placa en los dientes y al el borde de la misma, la cual, al no ser eliminada correctamente por el cepillado y el uso diario del hilo dental, produce toxinas que irritan el tejido gingival, causando su inflamación. Puede observarse sangrado durante el cepillado, al usar el hilo dental o incluso de manera espontánea. En esta primera etapa el daño puede revertirse, ya que el tejido conectivo de la encía y el hueso que sostiene los dientes todavía no han sido afectados.

Periodontitis: En esta etapa las fibras del tejido conectivo de la encía y el hueso que sostienen los dientes en su lugar sufren daños irreversibles, ya que las fibras se pierden por completo provocando que se forme una bolsa debajo del borde de las encías, a esta se le llama bolsa periodontal y aquí quedan atrapados los alimentos y la placa formando sarro y este provoca que el hueso se destruya. Un tratamiento dental adecuado y atención en el hogar más cuidadosa guiada por el especialista generalmente ayudan a prevenir daños mayores. En este caso se sugieren revisiones de control más seguidas y/o limpiezas profundas periódicamente, cada 4 a 6 meses dependiendo de cada caso, de esta manera se previene que las bolsas periodontales crezcan y mantenemos estático el padecimiento.

Periodontitis avanzada: En esta etapa final de la enfermedad, las fibras y el hueso que sostiene los dientes se han perdido en mayor cantidad, lo que hace que los dientes se desplacen o tengan movilidad. Las bolsas periodontales pueden infectarse, la mordida puede verse afectada y, si no se realiza un tratamiento adecuado, puede suceder que el dentista tenga que extraer piezas dentales.

La enfermedad periodontal puede ocurrir a cualquier edad, pero es más común en los adultos. Si se la detecta tempranamente, puede revertirse. Consulte al dentista si observa alguno de los siguientes síntomas:

• Las encías están enrojecidas, inflamadas o sensibles
• Hay sangrado de encías al cepillarse, al utilizar el hilo dental o al comer
• Los dientes parecen ser más largos ya que las encías se han retraído y se ven las raíces
• Se sienten cambios en el modo en que embonan los dientes al morder
• Puede haber salida de pus entre los dientes y las encías
• Se percibe constantemente la presencia de mal aliento o mal sabor en la boca

Las encías sanas son firmes y de color rosa pálido, se ajustan perfectamente a los dientes y no es normal que sangren con un cepillado correcto.

La periodontitis también afecta el estado de salud general, existe evidencia científica sobre la relación de esta enfermedad con padecimientos cardiovasculares, la descompensación de la diabetes, infecciones respiratorias o incluso el parto prematuro.

¿Cómo se trata la enfermedad de las encías?

Las primer etapa de la enfermedad, por lo general, pueden revertirse con el cepillado correcto y el uso apropiado del hilo dental. Una buena salud bucal ayudará a evitar la formación de placa.

Una limpieza profesional llevada a cabo por el dentista es el único modo de eliminar la acumulación de placa que se ha endurecido y convertido en sarro. Su dentista limpiará sus dientes para eliminar el sarro por encima y por debajo del borde de la encía. Si su afección es más grave, quizá lleve a cabo un procedimiento de alisado de las raíces. El alisado radicular ayuda a eliminar las irregularidades de las raíces dentales, dificultando el depósito de la placa.

Mediante la programación de revisiones periódicas, la enfermedad de las encías en sus primeras etapas puede tratarse antes de que se transforme en un trastorno más serio.

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