La caries son zonas dañadas de forma permanente en la superficie y/o capas mas profundas de los dientes. Consiste en la desmineralización del esmalte causado por una combinación de factores: bacterias en la boca, ingesta frecuente de alimentos, bebidas azucaradas e higiene oral deficiente.
La caries se forma cuando los alimentos con carbohidratos se quedan en los dientes o sin eliminarse completamente con el cepillado e hilo dental, la presencia prolongada de estos forma placa bacteriana, que a la vez produce ácidos que atacan el esmalte creando pequeños agujeros. De no recibir tratamiento, pueden extenderse, afectar capas mas profundas de la pieza dental, provocar dolor intenso, infecciones y hasta destruir por completo el diente.
También al no retirar la placa bacteriana se contribuye al acumulo de sarro, que es el endurecimiento de esta en forma de cálculos sobre la superficie de los dientes, al borde de las encías y debajo de ellas, produciendo otros padecimientos bucales.
Si bien la caries suele aparecer a temprana edad, los adultos también corren riesgo de padecerla.
Existen estos tipos de caries:
Caries de corona: Son las más comunes, se presentan tanto en niños como en adultos, y generalmente sobre las superficies de masticación o entre los dientes. Una vez llevado a cabo un tratamiento con rellenos por caries, ya sea con resina o amalgama, estas restauraciones tienen un periodo de vida optimo y requieren ser reemplazados cada determinado tiempo, entre 6 a 10 años dependiendo del material, su calidad, la masticación e higiene de cada persona, de no hacerlo la pieza dental se puede volver a cariar fácilmente.
Caries radicular: a medida que avanzamos en edad, las encías se retraen, dejando expuestas partes de la raíz del diente, como las raíces no están recubiertas por esmalte, estas zonas expuestas pueden afectarse fácilmente. Las restauraciones por este tipo de caries, también tiene que ser cambiadas cada determinado tiempo.
Caries recurrentes: se pueden formar alrededor de las restauraciones previas (rellenos) y alrededor o adentro de coronas protésicas existentes. Esto puede pasar debido a tratamientos mal realizados o la falta de atención necesaria a dichos tratamientos por parte del paciente.
Algunas razones por las que aparecen:
Higiene oral deficiente: es fundamental lavarse los dientes después de cada comida, hacerlo de forma correcta implementando detalladamente una técnica de cepillado adecuada a las necesidades de cada persona, el dentista es el que se encarga de explicarle cual es la ideal y como se lleva a cabo, en general se accede para higienizar los espacios entre los dientes, las grietas formadas por las cúspides de los molares y la línea de las encías, que es donde generalmente se acumulan las bacterias con mayor facilidad formando sarro. Si no se limpian los dientes o se hace de forma incorrecta la placa bacteriana se acumula sobre el esmalte dental favoreciendo su actividad y formando caries.
- Dieta rica en azúcares y almidones (carbohidratos): este tipo de alimentos, especialmente si se ingieren entre comidas facilitan que las bacterias cariogénicas se activen para digerirlos, produciendo ácidos que desmineralizan los dientes. Si se hace, lo más conveniente es lavarse los dientes después de haberlos comido.
- Falta de flúor: el flúor es necesario para remineralización de los dientes, ésta es la razón por la cual la mayoría de los dentífricos contienen este mineral en muy bajas dosis que no son dañinas para el cuerpo humano y si muy importantes para la salud de los dientes.
- Sequedad bucal: una de las funciones de la saliva es contribuir a la eliminación de bacterias, por lo que la pérdida de flujo salival ayuda a la multiplicación de estos microorganismos y a potenciar su actividad. El tabaco y el alcohol favorecen la sequedad de la boca, al igual que determinadas enfermedades y medicamentos.
- Falta de educación sobre la salud dental: es responsabilidad de los padres el enseñar a sus hijos todo lo relativo a la salud dental y cómo mantenerla: higiene, técnicas, alimentación, etc. Así mismo, al menos una vez al día apoyarlos en su cepillado dental, cerciorándose y ayudándoles a implementar la técnica correcta para eliminar la placa bacteriana, esta dinámica se recomienda se realice preferentemente por las noches después de haber ingerido sus últimos alimentos del día.
- Omitir revisiones odontológicas periódicas es un factor especialmente importante. El cepillado y el uso del hilo, incluso si se realiza correctamente, a veces no es suficiente para evitar la acumulación de sarro sobre o entre los dientes y debajo de las encías. Una limpieza dental de rutina cada seis meses y en caso necesario, una limpieza profunda con curetaje evitará muchos problemas de caries.
Cómo prevenir:
La forma más inmediata para tratar la caries es consultar al odontólogo para limpiar y rellenar la cavidad.
Para prevenir la caries se deben tomar ciertas medidas para fortalecer los dientes:
- Evitar, o al menos minimizar, el consumo de alimentos azucarados y bebidas que alimenten la bacteria en la boca.
- Cepillarse regularmente con pasta dental con flúor, este ayuda a prevenir la caries al reducir el daño del esmalte y acelera el proceso de remineralización.
- Usar diariamente el hilo dental para eliminar la placa y partículas de alimentos en los espacios que están entre los dientes donde el cepillo no llega, esto ayuda también a la salud de las encías, previniendo el acumulo de sarro.
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